“He tenido la suerte a raíz de la formación que realicé durante tres años allí,  de ver cómo Alegría enclave de Luz se iba convirtiendo precisamente en eso, en un lugar abierto para que las personas que trabajamos en nuestro crecimiento personal y espiritual encontremos un espacio amable y dulce que nos permita adentrarnos en nosotros, con todo lo que ello en ocasiones conlleva de dificultad y dureza.

Desde el primer momento que pisé este lugar, lo que recibí fue una disposición total a acoger y facilitar de una forma externa  pero también imprescindible, el trabajo al que nos habíamos encomendado.. 

Fueron muchos momentos vividos y compartidos en esta Casa, en los que encontramos silencio, cobijo, paz ,y cómo no!, también espacio para celebrar  la Alegría. Por eso su nombre responde perfectamente a lo que en ella se vive.  Además, si ya de por sí el entorno en el que se encuentra es armónico y hermoso, en pleno campo y frente al mar,  lo que ofrece al visitante es algo que va más allá de un lugar bonito y especial, pues  se siente la  intención que hay de dar y expandir Amor, lo cual a mi me ha supuesto en muchas ocasiones un regalo para el alma”.